martes, 21 de diciembre de 2010

Detonador de efluvio, payaso

Hoy no tenia ánimos de subir ninguna entrada, pero me dieron ganas derrepente, bueno; hay una novela buenísima que se llama "Como agua para chocolate" & dentro de los mismos capítulos, viene algo que me dejo fascinado, algo completamente cierto, habla sobre un tipo de provcacion, & la explicacion va a así;



-Como ve, todos tenemos en nuestro interior los elementos necesarios para producir fósforo. Es más, déjeme decirle algo que a nadie le he confiado. Mi abuela tenia una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo. Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerme, lleno de frío, es el único que podría dárselo.

Prendanse!, revivan esa llama interior, ese efluvio casi instantáneo de alegría, emoción, energía!, todas esas emociones tan maravillosas que se pueden despertar en cada uno, aunque varíe según la persona & el detonante. El fin es el mismo. Iluminate, no te veo entre tanta obscuridad

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